¿Cómo ser una mamá canguro con hijos mayores? - Contenidos ¿Cómo ser una mamá canguro con hijos mayores?

Mamá canguro con hijos mayores ¡Todo un reto!

Cuando supe que estaba esperando un nuevo bebé me imaginaba cómo sería mi vida de nuevo como madre. Soñaba con no “complicarme” tanto y vivir el día a día en cada etapa de mi bebé. Darme el espacio de disfrutar cada mes, trimestre, los síntomas y los antojos.

Cuando supe que estaba esperando un nuevo bebé me imaginaba cómo sería mi vida de nuevo como madre. Soñaba con no “complicarme” tanto y vivir el día a día en cada etapa de mi bebé. Darme el espacio de disfrutar cada mes, trimestre, los síntomas y los antojos.

Al ser madre de nuevo crees que todo lo sabes y que como ya lo hiciste una vez solo es dar “bis” a todo. Pero qué fácil te desmontas de este pedestal cuando tus controles ginecológicos empiezan a anunciar que posiblemente habrá complicaciones y que esa primera historia de parto a término no va a suceder.

Es allí cuando empiezas de cero, y te sientes en una carrera en la que cada semana superada se siente como si fuera un año de logros en tu vida. Empiezas a aprender demasiado, a hablar en términos ginecológicos y médicos porque tanto te ilustran y tanto investigas que terminas haciendo un magister “gestacional“ por instinto. Hablas de cuello corto, de restricción de crecimiento, hablas de preeclampsia, riesgo a parto pretérmino, entre otros. 

¡Cada hijo es una experiencia nueva!

La única experiencia que te queda del primer embarazo es la del instinto de mamá que no falla. Más allá de la experiencia, te queda la valentía y el gran compromiso con tu hijo mayor para no fallarle en la ilusión de traer al mundo a su añorado hermanito(a).

Es ahí donde tus más grandes miedos salen a flote, no quieres fallar tu promesa de que seamos más personas en casa. Te comprometes en cuerpo y alma para sacar adelante ese sueño. 

Un hermano prematuro ¿y ahora?

La vida te premia y superas todos los diagnósticos y complicaciones, pero acierta en la alta probabilidad de no llegar a término tu embarazo, eso implica el primer impacto para ese hermano mayor en casa, la llegada de mamá de la clínica sin su promesa y físicamente cambiada, pues ya no habita en ella el bebé a quien por meses consintió en su barriguita.

Ahora la valentía es de ese hijo mayor que debe comprender con las palabras dulces de sus padres qué ha pasado, dónde se encuentra el hermano(a) y aplicar una dosis de paciencia para que pronto esté en casa como lo ha soñado.

En mi caso mi hija, aún en su edad del “por qué”, quería saberlo todo: “¿por qué ya no tienes barriga mami?, ¿por qué no vienes con él?, ¿por qué no duerme con nosotros?, ¿por qué sales todos los días y vuelves hasta la noche?” 

No hay tiempo para los dos hijos ¡Lo más triste!

Una de sus preguntas más repetitivas era: ¿Por qué ahora ya no estás tanto tiempo conmigo? Sus palabras me partían el alma, cuando tienes otro hijo experimentas el sentimiento más difícil, y es que ahora tienes medio corazón en casa con tu hijo mayor y tienes la otra mitad luchando en la UCI.

En ese momento te reinventas para multiplicarte, para ser casi omnipresente, estar en todos lados siendo mamá para ambos.

¡Mis amores juntos en casa!

Tener un bebé prematuro es ir superando amorosamente cada etapa. Al llegar a casa estará su hermano deseoso de ser parte fundamental del proceso y ser el valiente que da ejemplo. Este hermano mayor se siente responsable de imitar a papá y a mamá en cada detalle con su hermano, se hace grande al cambiar un pañal, se hace inmenso al sujetar la cánula de oxígeno para dar un aliento de vida y comprender que eso hace de su hermano(a) un ser indefenso y vulnerable que requiere total cuidado.

Un hermano mayor quiere ser ese pecho canguro para dar calor a su hermanito(a), es el mejor centinela de sueño y es quien vela para que nadie en casa haga ruido mientras mami y bebé descansan.

Ese hermano mayor crece simbólicamente en edad haciéndose adulto en sus acciones, aprende a pasos agigantados y nos sorprende, pues como padres nunca dejamos de verlo como nuestro bebé que ahora ya tiene un sucesor en casa.

Por eso nuestra hija mayor es nuestro gran tesoro y apoyo. Es el hermano canguro que llena de amor al nuevo corazón chiquitico que lleva su misma sangre.

Ana Milena Arbelaez

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