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Mi historia con el sueño de mis mellizos

Hablar del sueño de los bebés es un tema común, pero cuando eres mamá de mellizos las dudas se duplican. Conoce la historia de Adriana y cómo logró que sus bebés duerman toda la noche.

Hay muchas dudas que surgen cuando eres mamás de mellizos, entre ellas están las relacionadas con el sueño de los bebés: ¿duermen juntos o separados?, ¿comparten habitación?, ¿cuándo uno se despierta en la noche despierta al otro? ¿cómo haces para dormir a los dos al tiempo?, ¿practicas colecho?, ¿cuánto tenían tus bebés cuando los pasaste a su habitación?, ¿tus bebés usan chupo para dormir?, entre otras.

Existe mucha información, tutoriales, métodos y teorías científicas acerca de cómo hacer que nuestros hijos duerman toda la noche, yo también recurrí a ellas cuando el cansancio de despertar cada 3 horas para alimentar a mis bebés durante más de dos meses me empezó a pasar factura.

Pero la verdad es que pasar de la teoría a la práctica es otra historia, por eso quisiera responder a estas preguntas contándoles nuestra historia. 

¡Mellizos! ¿Cómo logramos que duerman toda la noche?

Cuando Julieta y Sebastián estaban cerca de cumplir sus 3 meses, la pediatra del plan canguro nos había dado vía libre para que los niños ya no se alimentaran cada 3 horas, sino que pasaran la noche de largo.

¡Por un momento me sentí muy feliz, que delicia poder dormir toda la noche! Pero cuando llegamos a casa y nos enfrentamos a la realidad no sabíamos cómo hacerlo, estábamos desorientados. Así que mi esposo y yo empezamos a buscar respuestas, y en esta búsqueda acudimos a una nueva pediatra que ha sido un ángel en todo este proceso de criar a mis hijos.

Lo primero que aprendimos fue reconocer que el sueño es un hábito que le enseñamos a nuestros hijos, y como todo proceso de aprendizaje, es propio de cada niño y no necesariamente ocurre de la noche a la mañana.

Esta aclaración fue bien importante para mí porque de alguna manera, por practicidad, quería que mis hijos tuvieran la misma rutina, comieran y durmieran al mismo tiempo, etc. para poder tener pequeños intervalos de descanso.

Ver de esta manera el sueño me mostró que mis hijos son únicos y sus procesos también lo son, y que para empezar a construir una rutina de sueño que nos funcionara era necesario escuchar sus ritmos y sus propias necesidades. 

Así puedes empezar a crear este hábito de tiempos para dormir

Antes que nada hay que enseñarles que en el día se está activo y que la noche es para dormir.

Mis hijos dormían en nuestra habitación, compartiendo juntos el corral. Así que durante el día había música, ruido y la luz del día iluminando la habitación, pero durante la noche, debíamos garantizar que la habitación estuviera oscura y en silencio.

Una preocupación que me surgía era apagar la luz, me daba pánico y ¿si les pasa algo, y no me doy cuenta?, de alguna manera sentía que si no los veía, no podía garantizar su bienestar.

Al parecer no solo se trataba de crear el hábito en mis hijos, sino que yo también tenía mucho que aprender. Así que tomamos las recomendaciones sobre seguridad en el sueño de los bebés y empezamos dejando una lamparita suave que me hacía sentir más segura.

¡Bienvenido el chupo!

El siguiente paso fue empezar a extender el tiempo, solo en las noches, entre las tomas de leche de los niños, esto lo hicimos con la ayuda del chupo.

Cuando Julieta y Sebastián se despertaban a las 3 horas a pedir su lechecita les poníamos el chupo para ayudarlos a que se volvieran a dormir, y una vez se volvían a despertar, que generalmente era de media hora a una hora después, los alimentábamos.

De esta manera fuimos extendiendo las horas de lactancia en la noche, primero cada 4, luego cada 5, hasta llegar a las 7 horas seguidas que fue cuando los niños recién cumplían 6 meses.

Aquí quiero hacer un alto y confesarles que no me gustaba el chupo, había leído mucho sobre él y sobre sus contraindicaciones, pero rápidamente pasó de ser el villano a convertirse en nuestro mejor amigo durante un largo periodo de tiempo. Quiero aclarar que solo lo usábamos para dormir, el resto del día los niños no tenían chupo.

¡Llegó la hora de la verdad!

Cuando cumplieron 7 meses los niños ya no cabían en el corral, así nos enfrentamos a la decisión que hasta ese momento era la más difícil para mí, que fue pasarlos a dormir a sus cunitas. También debíamos considerar si dormían en la misma habitación o no.

Desde ese momento los niños duermen en sus propias camas y comparten habitación. Fue un proceso de soltar, de confiar en que, si seguimos todas las normas de seguridad recomendadas para el sueño del bebé, todo va a salir bien. Además, tenía un monitor en el que podía escucharlos todo el tiempo y verlos cada vez que necesitara sentirme segura.

No todo ha sido color de rosa

¿El llanto de uno despierta al otro chiquito? Generalmente no, han sido muy pocas las veces en que se han despertado los dos al tiempo. Pero sí hemos tenido días en donde los niños no duermen bien, se despiertan varias veces en la noche, y otras en las que la interrupción del sueño la han tenido los dos al tiempo, lo cual es un reto porque es pasar la noche en blanco.

A veces practicamos colecho, cuando se enferman o cuando tienen una pesadilla y se despiertan asustados se pasan a nuestra cama y es una delicia dormir juntos. Pero también es reparador cuando cada uno duerme en su cama, y poder descansar toda la noche sin recibir patadas en la cara, es una recarga de energía impresionante. 

No hay recetas mágicas, cada paso es de aprendizaje y de experiencias con tus hijos

En el sueño, como en la maternidad, no existen fórmulas mágicas, no existe un método que nos funcione a todos, yo siento que se trata de un aprendizaje continuo, de conocernos y aprender a escuchar nuestros propios ritmos, de tomar decisiones sobre la marcha, de probar, pero sobre todo de elegir lo que nos traiga bienestar y felicidad a todos.

Adriana Wilches



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