Los bebés y la displasia de cadera ¡Tranquila, se puede corregir!

¿Qué es la displasia de cadera?

La displasia de la cadera es la alteración en el desarrollo de la articulación entre la cabeza del fémur de la pierna y la pelvis. Esto puede generar una luxación en la cadera de tu bebé, que es cuando el fémur se sale de la cadera, y que si no te trata a tiempo puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Esta condición la pueden sufrir entre dos y seis de cada mil bebés.

Hay que tener en cuenta que la displasia de cadera no se puede prevenir porque se da por diferentes causas, tanto genéticas como ambientales: 

Causas genéticas

• Género: las niñas tienen más probabilidad de tener displasia de cadera porque tienen aumentada la laxitud de sus articulaciones. Tienen un riesgo hasta cuatro veces mayor con respecto a los niños.
• Antecedentes familiares: si el hermano del bebé sufrió de displasia de cadera aumenta hasta un 6% las probabilidades de que el nuevo bebé la sufra también. Si alguno de los padres tuvo displasia el riesgo es de 12%, si un hermano, además de uno de los padres sufrieron esta condición el riesgo puede aumentar hasta un 40%. 

Causas ambientales

• Ubicación del bebé en el útero: cuando los bebés nacen sentados aumenta hasta 10 veces la probabilidad de que sufran displasia de cadera.
• Gestación múltiple: si la mamá tiene gemelos o mellizos tiene más riesgo de que alguno tenga displasia, porque la posición en el útero es más incómoda para ellos.
• Alteración en el útero: por ejemplo, un útero con miomas va a generar un mayor riesgo de que el bebé tenga displasia.
• Bebés con un gran peso: si el bebé es muy grande o tiene un peso elevado también tendrá riesgo de tener displasia, porque tampoco está muy cómodo dentro del útero.
• Entubar el niño: envolver al bebé de tal forma que no pueda mover sus piernas aumenta el riesgo de que sufran esta condición. 

¡Detección temprana!

No hay manera de que tú te des cuenta de que tu hijo tiene displasia por lo que es importante que sigas estos consejos:

• Si tu bebé tiene herencia familiar de displasia se le debe hacer una radiografía de cadera antes de sus dos primeros meses de vida.
• Aunque tu hijo no tenga herencia familiar en sus controles normales con el pediatra, deben hacerle la radiografía de cadera a los cuatro meses de edad para descartar que sufra de displasia.

Ten en cuenta que este examen es obligatorio y muy importante para poder detectar esta condición a tiempo y corregirla.

¡Tranquilos, la displasia de cadera en bebés se puede tratar y corregir!

Cuando la displasia de cadera es detectada a tiempo se pueden implementar algunos tratamientos ortopédicos para corregirla, muchos de ellos son 100% efectivos. El tiempo que dura cada tratamiento depende de qué tan pronto detectaron la displasia y el grado de esta, si es leve, moderada o severa.

• Arnés de Pavlik:

  Este arnés hace que tu bebé tenga las piernas abiertas y es necesario que se lo dejes el tiempo que el especialista te diga. Este arnés limita un poco su movilidad, pero puedes quitárselo para darle de comer, cambiarle el pañal o bañarlo.

• Yeso:

  En caso de que el tratamiento anterior no funcione o que la displasia tengo un grado más alto, se le pone un yeso al bebé desde los pies hasta la cintura. Este tratamiento limitará mucho más la movilidad de tu pequeño y debes tener algunos cuidados con el yeso, por ejemplo, no mojarlo ni dejar que se le introduzcan objetos porque puede ser perjudicial para tu bebé.

• Quirúrgico:

  Este método es para cuando ninguno de los otros tratamientos ha funcionado o porque la displasia se detectó tarde, sin embargo, este procedimiento es menos frecuente, porque si se detecta a tiempo se puede corregir con el arnés. 

¡En un abrir y cerrar de ojos todo estará solucionado!

Los primeros días con el arnés o con el yeso pueden ser algo incómodos y tu bebé puede estar irritable porque tiene limitados sus movimientos. Además, este tratamiento puede retrasar un poco el gateo de tu bebé.  

Con el tiempo tu bebé se va a acostumbrar, es muy importante que sigas las recomendaciones del ortopedista al pie de la letra, porque el mal uso de los tratamientos puede tener repercusiones en tu bebé y que no se le corrija la displasia.

Ten en cuenta que, aunque lo veas un poco limitado para moverse, debes tener paciencia para que tu bebé se cure del todo ¡Ánimo, mamás y papás! Acompáñalo en este proceso con mucho amor que también tiene un gran poder curativo.

Dr. Carlos Sánchez

Pediatra y neonatólogo

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