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Destete respetuoso ¡Una decisión madre e hijo!

¡La lactancia es un mundo y el destete otro! Conoce los diferentes tipos de destete, cómo iniciar el proceso, recomendaciones prácticas para hacerlo más fácil y cómo lidiar con el sentimiento de culpa. 

La maternidad está llena de momentos dulces y otros un poco más amargos, cada uno de ellos forman parte de la gran aventura de ser mamá y te permiten crecer y aprender junto a tu hijo. La lactancia es uno de esos momentos maravillosos, es un vínculo de amor con grandes ventajas nutricionales y también con diversos beneficios para el desarrollo del niño desde el punto de vista psicosocial, emocional y motor.

Sin embargo, el proceso en el cual se finaliza el amamantamiento o consumo de la leche materna, también conocido como destete, puede ser uno de los momentos no tan sencillos de la maternidad, ya que, en ocasiones, puede venir acompañado de sentimientos como la culpa o la frustración.

¡Tranquila! Es normal que muchas mamás experimenten emociones encontradas frente al destete, por esta razón, lo más importante es que el inicio de este proceso sea una decisión entre madre e hijo, donde tú confíes en ti y en tu instinto para saber lo que es mejor para ambos. Evita iniciar el destete por opinión de terceros. 

¿Cuál es el mejor momento para iniciar el destete?

No existe un momento ideal o específico para iniciar el destete. Lo ideal es procurar mantener la lactancia al menos hasta los 2 años.

  • En algunas ocasiones el destete se da de forma espontánea, tu hijo te mostrará que está preparado para dejar de lactar, como consecuencia de su ritmo de crecimiento y desarrollo. Esto suele ocurrir entre los 2 y 7 años y es conocido como destete natural.
  • En otros casos el proceso se hace de forma paulatina por decisión de la madre o del propio niño y se denomina destete planeado o progresivo.
  • Otros casos menos frecuentes son los destetes abruptos, precoz o de emergencia. Estos ocurren por causa de fuerza mayor y deben ser consultados con un médico para recibir el asesoramiento necesario. 

Conductas en el comportamiento de tu hijo que indican el destete

Si ves en tu hijo algunas de las siguientes conductas, pueden ser una señal de que tu hijo está preparado para iniciar el destete:

  • Desinterés o molestia durante la lactancia.
  • Reducción de tiempo durante la alimentación.
  • Distracción fácil durante el amamantamiento como por ejemplo: juega con frecuencia con el pezón.

Antes de iniciar el destete asegúrate que tu hijo tenga una alimentación complementaria balanceada para garantizar que no haya un impacto nutricional por el cese del amamantamiento. Si el destete se realiza antes del año es necesario consultar a un pediatra y consejera en lactancia materna para lograr un correcto proceso. 

Amor, paciencia y flexibilidad tres ingredientes claves para el destete

El proceso de destete es diferente en cada binomio madre e hijo. En algunos casos puede tomar semanas, mientras que, en otros puede durar meses. Lo importante es que lo hagas de forma paulatina, progresiva, con mucho amor, paciencia y flexibilidad, lo que les permite a madre e hijo adaptarse a los cambios.

También es posible sentir que se avanzan dos pasos y luego se retrocede uno ¡No te preocupes, es normal! En ocasiones, cambios como mudanzas, enfermedades, entrada al jardín, o alguna otra modificación en la rutina pueden contribuir a que el proceso se haga más lento, por eso procura evitar que el destete se haga al mismo tiempo de otros cambios que puedan generar estrés a al bebé o a ti.

Los siguientes consejos prácticos te pueden ayudar:

  • “No ofrecer, no negar”. Es decir, se deja de ofrecer el seno voluntariamente, pero no se le niega al bebé en caso de que lo pida. 
  • Haz pequeños cambios en las rutinas con tu bebé, tanto alimenticias, como de actividades y evalúa su reacción. Sin embargo, trata de tener en cuenta sus horarios de alimentación para que puedas anticiparte a sus momentos de hambre y suministrarle otro tipo de alimentos. Descubre los horarios y porciones para la alimentación complementaria. 
  • Intenta reemplazar algunas tomas de leche por los alimentos favoritos de tu bebé. 
  • Ve modificando poco a poco las frecuencias y duraciones de cada toma, especialmente las del día, procura que la de la noche sea la última en retirar. 
  • No vacíes tus senos durante la extracción de leche, esto va a favorecer la disminución en la producción de la misma. 
  • Negocia y habla mucho con tu bebé. Explícale la situación, ellos comprenderán. 
  • Puedes medir las tomas con canciones, una lectura o un conteo, para que el bebé comprenda que tendrá un límite. 
  • Realiza actividades que ayuden con el desarrollo de independencia de tu hijo, invítalo a jugar con otros niños
  • En algunas ocasiones tu niño puede tomar el hábito de chuparse el dedo, abrazar una manta o tener un juguete como consuelo, estas acciones son transitorias, así que evita retirárselos o reemplazarlos por chupos o biberones. 
  • Evita reemplazar las tomas de lactancias con tiempo frente a dispositivos electrónicos como smartphones, tablets, televisores o computadores. 

¡No te rindas ante los obstáculos!

Como en todo proceso es frecuente que se puedan presentar dificultades, evalúa la situación y confía en tu instinto. Está bien posponer el destete y retomar la lactancia si percibes que ese no es el momento adecuado.

Las tomas nocturnas suelen ser las más difíciles de retirar, estas tienen un vínculo muy especial para el bebé. Si notas que tu bebé no se duerme sin su toma prueba otros rituales que induzcan al sueño e involucra al padre u otros cuidadores en la rutina de ir a dormir.

El acompañamiento de familiares y amigos puede ser de gran ayuda en este período. Busca un grupo de apoyo, comparte con otras mamás para que conozcas las diferentes experiencias que se pueden presentar en el proceso. También puedes buscar consejos y asesoría de una consejera de lactancia.

La culpa también se puede asomar en este proceso. Realízalo poco a poco y a tu propio ritmo y notarás que la nostalgia y la melancolía también empiezan a desaparecer. Agradece la oportunidad que tuviste de lactar a tu bebé durante todo este tiempo y lo más importante recuerda que el vínculo madre e hijo generado durante la lactancia materna es un lazo para toda la vida. 

Dra. María Juanita Gómez

Pediatra y Neonatóloga 

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